Tinta libre 82
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Estimado lector de tintaLibre:
Esperamos que cuando leas estas líneas te encuentres bien de salud y, a ser posible, disfrutando del verano. Nosotros, después de tres largos meses tratando de entender qué nos pasa, de conocer mejor a nuestro enemigo vírico, de preguntarnos si hay remedio para los males del mundo, queremos ahora detenernos un momento, sentarnos a la sombra, recuperar el aliento y escribir algunas cartas a algunos seres queridos o a esos ineludibles acompañantes de este tiempo y de este país. Así que, en estas páginas estivales conviven biografías y memorias, acentos y geografías, que solo tienen en común esa reposada caligrafía de las cartas que también han caído en desuso o, mejor dicho, han sobrevivido a duras penas a la vertiginosa red social de este presente continuo. No esperamos respuestas, sobre todo de los muertos, pero formulamos muchas preguntas. Lo que supone, al fin y al cabo, el modo de seguir vivos.
Durante este pasado confinamiento quizás, estimado lector, has podido meditar de una forma más reposada en la necesidad de quienes interpelan la realidad para arrojar un poco de luz en situaciones tan complejas como las que vivimos, y que no siempre son entendidos. Habrás recurrido entonces a los médicos de cabecera Fernando Simón y Albert Camus, la OMS y Franz Kafka y seguramente te habrás guardado de despeñarte por los barrancos de las fake news, la gestión de las residencias de ancianos, la frontera del 8M, las caceroladas o la inmunidad de rebaño. No han faltado intrigantes ni villanos en la función, no. Aquí, en España, el ruido no ha cesado incluso cuando más necesitábamos el mínimo consenso en algo tan básico como salvar vidas. Ahora mismo la situación pide calma y desescalada, aplausos para los turistas en vez del aplauso a los sanitarios. Y la distancia social sigue siendo el mejor contrato.
¿Quién te iba a decir que los libertarios de corazón llevarían mascarilla mientras que los fascistas escupirían saliva en sus mítines? ¿Quién te iba a decir que la directora del FMI recomendaría más gasto social a los países? ¿Quién iba a pensar que veríamos de nuevo un preocupante resurgir del Norte-Sur en Europa y que las estatuas de Churchill, de Colón y del general Lee amanecerían pintarrajeadas?
El mundo ya no va a ser el mismo de antes pero el verano nos devolverá, como decía Esther Tusquets, el mismo mar de todos los veranos. La ciencia sigue (si los laboratorios lo permiten) buscando una vacuna y nosotros imprimimos (no todo es virtual) unas cuantas cartas que hablan de Cervantes, de un anciano residente, de una aldea global, de un exmilitante del FRAP, de un viajero espacial, de un presidente gallego o de una marquesa española También tenemos en el reparto a viejos conocidos como Berlanga, Vázquez Montalbán o Benedetti, cada vez más jóvenes Y a toda una ministra de Transición Ecológica que afirma que España es más biodiversa que renovable. Da que pensar.
Salud y ánimo.
Esperamos que cuando leas estas líneas te encuentres bien de salud y, a ser posible, disfrutando del verano. Nosotros, después de tres largos meses tratando de entender qué nos pasa, de conocer mejor a nuestro enemigo vírico, de preguntarnos si hay remedio para los males del mundo, queremos ahora detenernos un momento, sentarnos a la sombra, recuperar el aliento y escribir algunas cartas a algunos seres queridos o a esos ineludibles acompañantes de este tiempo y de este país. Así que, en estas páginas estivales conviven biografías y memorias, acentos y geografías, que solo tienen en común esa reposada caligrafía de las cartas que también han caído en desuso o, mejor dicho, han sobrevivido a duras penas a la vertiginosa red social de este presente continuo. No esperamos respuestas, sobre todo de los muertos, pero formulamos muchas preguntas. Lo que supone, al fin y al cabo, el modo de seguir vivos.
Durante este pasado confinamiento quizás, estimado lector, has podido meditar de una forma más reposada en la necesidad de quienes interpelan la realidad para arrojar un poco de luz en situaciones tan complejas como las que vivimos, y que no siempre son entendidos. Habrás recurrido entonces a los médicos de cabecera Fernando Simón y Albert Camus, la OMS y Franz Kafka y seguramente te habrás guardado de despeñarte por los barrancos de las fake news, la gestión de las residencias de ancianos, la frontera del 8M, las caceroladas o la inmunidad de rebaño. No han faltado intrigantes ni villanos en la función, no. Aquí, en España, el ruido no ha cesado incluso cuando más necesitábamos el mínimo consenso en algo tan básico como salvar vidas. Ahora mismo la situación pide calma y desescalada, aplausos para los turistas en vez del aplauso a los sanitarios. Y la distancia social sigue siendo el mejor contrato.
¿Quién te iba a decir que los libertarios de corazón llevarían mascarilla mientras que los fascistas escupirían saliva en sus mítines? ¿Quién te iba a decir que la directora del FMI recomendaría más gasto social a los países? ¿Quién iba a pensar que veríamos de nuevo un preocupante resurgir del Norte-Sur en Europa y que las estatuas de Churchill, de Colón y del general Lee amanecerían pintarrajeadas?
El mundo ya no va a ser el mismo de antes pero el verano nos devolverá, como decía Esther Tusquets, el mismo mar de todos los veranos. La ciencia sigue (si los laboratorios lo permiten) buscando una vacuna y nosotros imprimimos (no todo es virtual) unas cuantas cartas que hablan de Cervantes, de un anciano residente, de una aldea global, de un exmilitante del FRAP, de un viajero espacial, de un presidente gallego o de una marquesa española También tenemos en el reparto a viejos conocidos como Berlanga, Vázquez Montalbán o Benedetti, cada vez más jóvenes Y a toda una ministra de Transición Ecológica que afirma que España es más biodiversa que renovable. Da que pensar.
Salud y ánimo.
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EAN :9789200339264
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Año 1ª edición :2020
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Editorial :
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