Queridos amigos, porque esta sociedad nos impide manifestar los sentimientos con naturalidad y sólo cuando alguien muere, dejamos que hable el corazón a borbotones, yo, que como sabéis soy excesiva y políticamente incorrecta, os propongo que esta noche todos seamos lo que queramos ser y que no permitamos que nadie nos juzgue por ello. Y para empezar os digo lo que Carilda Oliver dice en unos versos suyos: ?me desordenas, mi amor, me desordenas?, pues eso es lo que me pasa hoy de tanta alegría como me permito a vuestro lado.

Esta noche nos reunimos alrededor de la palabra y mirad que es bonito que todo el país celebre el día del ?libro?. Pues bien, éste que hoy nos convoca, se gestó como tal en la Casa del Poeta de Trasmoz, donde pasé unos días invitada por Trinidad Ruíz, la primavera pasada, pero para prepararlo tuve que recopilar todo el trabajo de los últimos diez años, cuando escribía ajena a lo que habría de venir.

Quiero que sepáis que este libro es el resultado de vuestra compañía, vuestra fe en mí, de las complicidades y las risas, de lo que me enseñáis. No puedo nombraros uno a uno porque la noche tiene muchos planes y pocas horas, pero os aseguro y lo sabéis, espero, que para mí sois únicos e irrepetibles, absolutamente insustituibles y que mantengo para cada uno, el mejor lugar en mi corazón y no temáis, porque, como no podía ser menos, tengo también un corazón excesivo.

Hay personas que sin estar con nosotros en la sala, tienen lugar propio en ella: Antonio Orihuela, poeta y grande amigo, a quien debo un hermoso prólogo y con quien me unen ya, lazos que sobrepasan la palabra. Olga Novo, mujer poeta, cuya fuerza verbal sigue impresionándome y que ha escrito un texto para la solapa de mi libro, con esa mirada generosa con que siempre se acerca a mí y a mi trabajo.

Y en ese mismo apartado está alguien que asiste a este acto sin ser consciente de ello y que, sin embargo ha pasado a encabezar la lista de mis proyectos más ilusionantes, creo que ya sabéis todos que me refiero a mi nieto-a, que nacerá cerrando este año, que será por ello un año inolvidable.

En fin, amigos, que una de las cosas en la que más empeño pongo cada día, es, como dice el poema que da título al libro, en encontrar ?la medida exacta donde poder querernos?. Gracias por permitir que lo haga con toda mi alma.

Begoña Abad. 23 de Abril de 2008. Ateneo de Logroño.

LA MEDIDA DE MI MADRE?, DE BEGOÑA ABAD

Para quien no la conozca la presentaré: Begoña Abad es puro amor. Y alguien que es puro amor lo de menos es que escriba poesía. Ella vive poesía, respira poesía, come, cocina, teje, desteje, pasea, alienta, baila, duda, acuna, pelea, bebe poesía. Hace poesía mientras lía las croquetas o cuece la cáscara del limón que luego dará sabor al arroz con leche. Lo dice muy bien su admirado Antonio Orihuela en el prólogo que da pie a los versos de Begoña en este libro: ?La poesía que se vive tiene esas cosas, ese encarnarse sin fin, esa insistencia en no perder el camino que une la escritura con la vida, y en esta impecable práctica, Begoña es un caso excepcional, porque en ella, esa poesía encarnada brota y chisporrotea a su alrededor y son muy pocos los que podrán decir que pasaron indemnes junto a esta mujer?.

(fragmento)

Carmen Ruiz. Presentación en Biblioteca de Aragón. 26 abril 2008