Oscuridades
15 €
Una de las grandes virtudes poéticas de Alejandro Valero es su capacidad para convertir, como pedía Rilke, «la angustia en cosas», esto es, en bellos arte/factos perdurables. Cada poema de Valero es una obra de arte abierta y cerrada al mismo tiempo. Abierta a todas las vibraciones que esa flecha, lanzada a los adentros de sus posibles dianas, pueda provocar al clavarse en ellas. Cerrada porque, lejos de conformarse con arrojar sobre la mesa, de cualquier manera, un puñado de sentimientos o de reflexiones más o menos personales, Valero, como todo gran poeta, estructura, articula lo que siente y lo que piensa, lo que da y lo que recibe en una forma poética, plástica y musical a la vez. Y eso después de haber cribado en su interior lo que siente al pensar y lo que piensa al sentir. De ahí la excelencia y la transcendencia de lo que dice y de cómo lo dice.
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