Llegó el chacal
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Llegó el chacal (Shal Bamu) es la extraordinaria autobiografía de Farideh Lashai (Rasht, 1944 - Teherán, 2013), una de las artistas iraníes más destacadas de nuestro tiempo. Un testimonio excepcional de la historia y la cultura de Irán del siglo xx a través de los ojos y la memoria de esta mujer que recoge los recuerdos de acontecimientos familiares, políticos y vitales de tres generaciones: la de su abuela, la de su madre, Parvín, y la de ella misma. Una historia matrilineal en un mundo patriarcal.
Irradia igualmente la pervivencia de la rica cultura persa arraigada en el pueblo iraní. La mirada de Lashai nos descubre el clima social y político y los acontecimientos históricos de su tiempo. No solo las revoluciones y represiones que afligen a su pueblo, sino a las poblaciones de diferentes partes del mundo. En sus páginas se percibe la efervescencia de los movimientos revolucionarios y artísticos contraculturales en Alemania e Irán en los años sesenta y principio de los setenta. El ambiente bohemio, artístico, literario e intelectual en el que participa, con el trasfondo de guerras y protestas en Europa. La dureza de su exilio en ee.uu. entre 1981 y 1984, cuyo paisaje urbano, forma de vida y cultura le resultan deshumanizados, competitivos y rígidos en comparación con la vida iraní.
Pero también nos descubre, a través de una honda introspección, la inusual intensidad con la que vive los fenómenos de la naturaleza. Los recuerdos sensuales de la vegetación frondosa del Caspio, la vida en el campo, las flores, las frutas, las gentes y las casas, el mar, los olores y sabores, el placer los sentidos. Una ráfaga de viento, un destello de luz o una repentina calma.
Se trata, asimismo, de una biografía intelectual y artística a través de la que podemos apreciar la evolución de su pensamiento, sus sentimientos y sensaciones ante los acontecimientos, la vivencia de la literatura, su quehacer artístico, que no puede abandonar, y la nostalgia de un paraíso perdido.
Y es, igualmente, una crónica de la esperanza, la decepción y el dolor. Percibimos su compasión y su compromiso social y político, que se acrecientan con la experiencia de la cárcel, la revolución, las guerras y las opresiones posteriores. La decepción por los cambios que con el paso del tiempo se van operando en su país y en los círculos políticos e intelectuales. Su terrible enfermedad.
Reconocerá los sucesos, recuerdos y sensaciones en el verso de un poema, en un relato perteneciente a un tiempo y un lugar distintos, con los que establecerá diálogos que iluminan sucesos contemporáneos. Relaciona personajes reales con otros legendarios de la mitología persa. Las enseñanzas de Bertolt Brecht serán la influencia más determinante en su vida. Los amores, la persistente soledad, el amor por su madre y su hija. La búsqueda de sentido en un mundo arbitrario y absurdo, desde una concepción racional y, en otros momentos, seducida por lenguajes poéticos o místicos enraizados en la tradición literaria iraní La vida y la profunda interioridad de una mujer iraní compleja y delicada.
Nos hallamos ante una prosa que fluye libremente, una peculiar forma de corriente de conciencia que nos envuelve, en la que se superponen recuerdos, sucesos y sensaciones sin orden narrativo aparente. Desaparecen los límites históricos y geográficos, se altera la lógica, y se establecen relaciones supuestamente arbitrarias, pero unidas por afinidades subyacentes, tal y como se producen en las evocaciones de la memoria y la consciencia. Llegó el chacal se halla anclada, de forma natural, en la tradición literaria persa y, simultáneamente, en el mundo actual. Otorga continuidad a la herencia recibida al incorporar la experiencia de su vida y las referencias del mundo en el que vive. Está escrita con pasión y vivacidad.
Farideh Lashai es una excepcional pintora, diseña y talla el cristal, y es escritora. Su dedicación artística durará más de cincuenta años. Como en su obra plástica y visual, en Llegó el chacal es posible apreciar simultáneamente la búsqueda apasionada de la belleza, la sutileza poética y la intensidad con la que vive su relación con la naturaleza, los recuerdos y la tradición que atesora; la profunda implicación con todo aquello que afecta a la dignidad humana, la justicia, la defensa de la libertad, su compromiso social, la compasión ante el sufrimiento y sus preguntas sobre un destino que no comprende. Destacan su escrupulosa independencia y su franqueza. Sorprende su enorme cultura, que le permite dialogar con naturalidad con autores de todos los tiempos, que afloran en su obra, sin solución de continuidad, otorgando sentido y actualidad a los asuntos contemporáneos con los que se enfrenta.
Farideh tarda doce años en redactar y corregir su autobiografía, que empieza en 1984, en el exilio americano, termina en 1996 y publica en 2003. La literatura era su pasión y la dedicación que más esfuerzo le suponía. Insegura y perfeccionista, al igual que cuando escribía poesía, percibía una enorme presión del entorno, pues temía que juzgaran la obra como excesivamente personal e intimista en una época en la que se hallaba influida y comprometida con las ideas de izquierda.
Pienso que no es casual que a partir de la publicación de Llegó el chacal, en 2003, empiece a experimentar proyectando animaciones a cámara lenta sobre sus pinturas. Tardará cuatro años en realizar la primera videoinstalación definitiva. Dedicará a las videoinstalaciones los siete últimos años de su vida. Gracias a la aparición de este nuevo medio, incorpora la narración a su obra plástica y la modifica en una síntesis entre la pintura y la literatura. En estas obras, la peculiar forma de escritura de su autobiografía Llegó el chacal, que escribe en su madurez, influye decisivamente.
La traducción que el lector tiene en sus manos es la primera edición en otra lengua. Próximamente saldrá la quinta edición en farsi. Se publica ahora en español con motivo de la presentación en el Museo del Prado de su última obra: una videoinstalación en la que Lashai establece una conversación a las puertas de la muerte con los Desastres de la guerra de Goya realizados dos siglos antes. Un diálogo que desemboca en la creación Cuando cuento estás solo tú... pero cuando miro hay solo una sombra, 2012-2013.
Ana Martínez de Aguilar
30 de mayo de 2017
Irradia igualmente la pervivencia de la rica cultura persa arraigada en el pueblo iraní. La mirada de Lashai nos descubre el clima social y político y los acontecimientos históricos de su tiempo. No solo las revoluciones y represiones que afligen a su pueblo, sino a las poblaciones de diferentes partes del mundo. En sus páginas se percibe la efervescencia de los movimientos revolucionarios y artísticos contraculturales en Alemania e Irán en los años sesenta y principio de los setenta. El ambiente bohemio, artístico, literario e intelectual en el que participa, con el trasfondo de guerras y protestas en Europa. La dureza de su exilio en ee.uu. entre 1981 y 1984, cuyo paisaje urbano, forma de vida y cultura le resultan deshumanizados, competitivos y rígidos en comparación con la vida iraní.
Pero también nos descubre, a través de una honda introspección, la inusual intensidad con la que vive los fenómenos de la naturaleza. Los recuerdos sensuales de la vegetación frondosa del Caspio, la vida en el campo, las flores, las frutas, las gentes y las casas, el mar, los olores y sabores, el placer los sentidos. Una ráfaga de viento, un destello de luz o una repentina calma.
Se trata, asimismo, de una biografía intelectual y artística a través de la que podemos apreciar la evolución de su pensamiento, sus sentimientos y sensaciones ante los acontecimientos, la vivencia de la literatura, su quehacer artístico, que no puede abandonar, y la nostalgia de un paraíso perdido.
Y es, igualmente, una crónica de la esperanza, la decepción y el dolor. Percibimos su compasión y su compromiso social y político, que se acrecientan con la experiencia de la cárcel, la revolución, las guerras y las opresiones posteriores. La decepción por los cambios que con el paso del tiempo se van operando en su país y en los círculos políticos e intelectuales. Su terrible enfermedad.
Reconocerá los sucesos, recuerdos y sensaciones en el verso de un poema, en un relato perteneciente a un tiempo y un lugar distintos, con los que establecerá diálogos que iluminan sucesos contemporáneos. Relaciona personajes reales con otros legendarios de la mitología persa. Las enseñanzas de Bertolt Brecht serán la influencia más determinante en su vida. Los amores, la persistente soledad, el amor por su madre y su hija. La búsqueda de sentido en un mundo arbitrario y absurdo, desde una concepción racional y, en otros momentos, seducida por lenguajes poéticos o místicos enraizados en la tradición literaria iraní La vida y la profunda interioridad de una mujer iraní compleja y delicada.
Nos hallamos ante una prosa que fluye libremente, una peculiar forma de corriente de conciencia que nos envuelve, en la que se superponen recuerdos, sucesos y sensaciones sin orden narrativo aparente. Desaparecen los límites históricos y geográficos, se altera la lógica, y se establecen relaciones supuestamente arbitrarias, pero unidas por afinidades subyacentes, tal y como se producen en las evocaciones de la memoria y la consciencia. Llegó el chacal se halla anclada, de forma natural, en la tradición literaria persa y, simultáneamente, en el mundo actual. Otorga continuidad a la herencia recibida al incorporar la experiencia de su vida y las referencias del mundo en el que vive. Está escrita con pasión y vivacidad.
Farideh Lashai es una excepcional pintora, diseña y talla el cristal, y es escritora. Su dedicación artística durará más de cincuenta años. Como en su obra plástica y visual, en Llegó el chacal es posible apreciar simultáneamente la búsqueda apasionada de la belleza, la sutileza poética y la intensidad con la que vive su relación con la naturaleza, los recuerdos y la tradición que atesora; la profunda implicación con todo aquello que afecta a la dignidad humana, la justicia, la defensa de la libertad, su compromiso social, la compasión ante el sufrimiento y sus preguntas sobre un destino que no comprende. Destacan su escrupulosa independencia y su franqueza. Sorprende su enorme cultura, que le permite dialogar con naturalidad con autores de todos los tiempos, que afloran en su obra, sin solución de continuidad, otorgando sentido y actualidad a los asuntos contemporáneos con los que se enfrenta.
Farideh tarda doce años en redactar y corregir su autobiografía, que empieza en 1984, en el exilio americano, termina en 1996 y publica en 2003. La literatura era su pasión y la dedicación que más esfuerzo le suponía. Insegura y perfeccionista, al igual que cuando escribía poesía, percibía una enorme presión del entorno, pues temía que juzgaran la obra como excesivamente personal e intimista en una época en la que se hallaba influida y comprometida con las ideas de izquierda.
Pienso que no es casual que a partir de la publicación de Llegó el chacal, en 2003, empiece a experimentar proyectando animaciones a cámara lenta sobre sus pinturas. Tardará cuatro años en realizar la primera videoinstalación definitiva. Dedicará a las videoinstalaciones los siete últimos años de su vida. Gracias a la aparición de este nuevo medio, incorpora la narración a su obra plástica y la modifica en una síntesis entre la pintura y la literatura. En estas obras, la peculiar forma de escritura de su autobiografía Llegó el chacal, que escribe en su madurez, influye decisivamente.
La traducción que el lector tiene en sus manos es la primera edición en otra lengua. Próximamente saldrá la quinta edición en farsi. Se publica ahora en español con motivo de la presentación en el Museo del Prado de su última obra: una videoinstalación en la que Lashai establece una conversación a las puertas de la muerte con los Desastres de la guerra de Goya realizados dos siglos antes. Un diálogo que desemboca en la creación Cuando cuento estás solo tú... pero cuando miro hay solo una sombra, 2012-2013.
Ana Martínez de Aguilar
30 de mayo de 2017
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Número de páginas :192
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EAN :9788494656439
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ISBN :978-84-946564-3-9
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Año 1ª edición :2017
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