Historias para contar. cuentacuentos para adultos
Una de las consecuencias de contar historias es que la gente (público, amigos-as, escritores-as...), a veces, te regala alguna. Desafiando a las buenas maneras (según las cuales regalar algo que te regalaron no es de buena educación), pero siendo fiel a la tradición mediterránea (donde cualquier cosa que es contada pasa a ser de dominio público) surgió "historias para contar ".
Una sesión que siempre es, y ésta también lo será: única, irrepetible. Las historias, tanto arraigadas en la literatura como en la cultura popular, así como si son tradicionales, poéticas, actuales, radicales, anecdóticas, surrealistas, excéntricas,... contadas infinitamente, lucharán entre sí buscando los deseos del público, instigando la voluntad del narrador, nadando en la energía de la noche y, pugnando como los espermatozoides, algunas nos penetrarán el alma como si fuera la primera vez que son contadas, y las "primeras veces"... no se olvidan nunca.
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Domingo Chinchilla (Valencia, 1964) Las primeras historias que recuerdo las escuché en conversaciones familiares, donde cada uno tenía su versión sobre las hazañas del zapatero de la esquina o los avatares de aquel primo segundo que después de volver de la inalcanzable Europa montó un negocio de instalación de antenas.
También recuerdo mi abuela entreteniendo con cuentos de toda la vida y vidas privadas de curas y gentes de bien. El barrio donde me "eduqué" me ofreció infinidad de anécdotas que a fuerza de contarlas en reuniones de amigos, barras de bar y acampadas ilegales, se han convertido en historias de mi propia historia. Y los libros, las historias momificadas en páginas de comics o de alta literatura, me fueron enseñando a inventar o reinventar las pequeñas cosas que pasan desapercibidas, a hacer juegos malabares con emociones y sentimientos, a manipular personajes o personas en laberintos cotidianos inventados para la ocasión. Y sin darme cuenta había gente escuchándome contar estas cosas. Cosas de los libros o de mi barrio o de mi familia o inventadas. Y como pasan las cosas importantes, casi sin saber de qué manera sucedió (una muerte, un amor, una vida) siento que me ha caído la herencia de un tío rico y disfruto de sus rentas.
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