Materia
Editorial
ISBN
978-84-942260-0-7
EAN
9788494226007
Número de páginas
96
Idioma
Castellano
Estado
Disponible
Fecha alta
Mié, 04/16/2014 - 02:00
Primera edicion
2014
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Una de las cuestiones clave de esta obra es «¿cómo puede la multitud convertirse en Príncipe?», es decir, ¿cómo puede la multitud dar un paso hacia la acción política y transformar la realidad como sujeto revolucionario?
La clave está en comprender que «las condiciones de existencia de la multitud están unidas a la actividad laboral». Si, en la era postindustrial, la «composición técnica» del trabajo se caracteriza por la cooperación, la autonomía y la horizontalidad, entonces la multitud reúne las capacidades necesarias para el autogobierno. En este sentido, Negri aúna las figuras del «homo politicus» y el «homo faber», consideradas antitéticas por Hannah Arendt, para hablar de un hombre capaz de transformarse y cambiar el mundo.
El libro recoge un seminario que Antonio Negri impartió en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla los días 24 y 25 de mayo de 2011. Esas dos sesiones fueron registradas en audio, transcritas al italiano y finalmente traducidas al español. La transcripción, antes de ser traducida, fue revisada por el propio Negri, quien también aprobó la traducción.
La clave está en comprender que «las condiciones de existencia de la multitud están unidas a la actividad laboral». Si, en la era postindustrial, la «composición técnica» del trabajo se caracteriza por la cooperación, la autonomía y la horizontalidad, entonces la multitud reúne las capacidades necesarias para el autogobierno. En este sentido, Negri aúna las figuras del «homo politicus» y el «homo faber», consideradas antitéticas por Hannah Arendt, para hablar de un hombre capaz de transformarse y cambiar el mundo.
El libro recoge un seminario que Antonio Negri impartió en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla los días 24 y 25 de mayo de 2011. Esas dos sesiones fueron registradas en audio, transcritas al italiano y finalmente traducidas al español. La transcripción, antes de ser traducida, fue revisada por el propio Negri, quien también aprobó la traducción.