La pena de muerte

ruto de un enorme y meticuloso trabajo de investigación y de síntesis de cinco años, durante los cuales el autor leyó centenares de libros y artículos de prensa, preparó millares de fichas, envió decenas de cartas, viajó en busca de fuentes de información y visitó innumerables archivos, El arte de matar, del cual La pena de muerte es una versión sintetizada, es, según una crítica del momento de su primera publicación, “una antología de horrores y desastres que no es conveniente desconocer ni tampoco ocultar”.

El libro describe de manera rigurosa y exhaustiva el panorama sombrío y estremecedor de las múltiples formas utilizadas por la crueldad humana a lo largo de los siglos para agredir y destruir a miembros de su propia especie. Realiza un amplio recorrido por la historia de la pena capital, desde la descripción de los diversos procedimientos de ejecución (el enterramiento en vida, la picota, el cepo, el empalamiento, el potro, el descuartizamiento, la lapidación, la hoguera, la crucifixión, la silla eléctrica, la cámara de gas) hasta el debate entre abolicionistas y partidarios de su mantenimiento y reimplantación.