Cambras zarradas / habitaciones cerradas.

oz alzamos aintro buen amiro de cambras zarradas an viven os nuestros pantasmas, traumas, vivenzias no guaire buenas y emozions mal chestionadas, que nunca no vesitamos. Si quiers que a mierda no puda a pior ideya ye remenar-la con un tochet, pero, muitas vegadas, si quiers abanzar, a millor traza ye conoixer as tuyas fientas. L’autor ha preso a dezisión d’ubrir ixas puertas a truco d’ayahuasca y jurema, y ista segunda colezión de poemas ye parti d’os chicoz tresoros que ha trobau en as suyas cambras, antis emporcadas y ixuplidadas, an agora i dentra la luz. Un omenache a la mai calabre, o silenzio, l’odio a l’atro y a retrobada con os elementals y os chirmans. Un corazón, que encara palpita y bulle, denzima d’a mesa d’o lector.

Todos guardamos dentro un puñado de habitaciones cerradas donde viven nuestros fantasmas, traumas, vivencias no demasiado buenas y emociones mal gestionadas que nunca visitamos. Si quieres que la mierda no huela la peor idea es removerla con un palo, pero muchas veces, si quieres avanzar, la mejor manera es conocer tus cagadas. El autor ha tomado la decisión de abrir esas puertas a golpe de ayahuasca y jurema, y esta segunda colección de poemas forma parte de los pequeños tesoros que ha encontrado en sus habitaciones, antes sucias y olvidadas, donde ahora entra la luz. Un homenaje a la madre cadáver, el silencio, el odio al otro y el reencuentro con los elementales y los hermanos. Un corazón, que todavía palpita y bulle, encima de la mesa del lector.